El proyecto de investigación arqueológico de la Casa de la Moneda de Estella-Lizarra continúa su curso aportando interesantes novedades para la historia de la ciudad. Los trabajos continuan en dos ámbitos: demolición controlada arqueológicamente e investigación de documentación escrita. Los resultados obtenidos hasta el momento son muy interesantes.
La retirada de suelos, forjados y enlucidos modernos, en concreto de finales del s. XX, han sacado a la luz un potente muro construdio con grandes piedras de caliza someramente desbastadas con características constructivas similares a las de varios tramos de muralla de la ciudad, en concreto el frente norte de la muralla del barrio de San Miguel y la muralla de la Judería Nueva sita en su vecindad. Se trataría así de la muralla defensiva del denominado desde la Edad Media como Barrio nuevo o Borc nuel y su lado hacia el río puede verse en la imagen adjunta. Esta hipótesis arqueológica parece ser corroborada tras el análisis de documentación procedente de la Sección de Tribunales Reales del Archivo Real y General de Navarra. Lo atestiguan testimonios recogidos en varios procesos judiciales sobre solares, viviendas y tenerías situados en el Barrio nuevo, en el emplazamiento donde actualmente se halla la Casa de la Moneda. En 1627, 1636, 1738, 1741 y 1743 se hace mención al "portal de Barrionuebo", "muralla de la dicha ciudad", "portal que llaman del Desollador" o "dicha muralla que ha sido propia de la Ciudad de Estella". De acuerdo con esta información se ha descubierto un nuevo tramo de la muralla ciudadana estellesa y tendríamos un nuevo nombre para uno de los portales de la ciudad: "del Desollador", sin duda debido a la existencia en su vecindad del matadero municipal. En este sentido hay que mencionar un proceso judicial de 1543-1544 donde se describe el "portal de Sant Sepulcre que es la segunda puerta de la dicha ciudad d'Estella".
Por otra parte, la revisión de la documentación obrante en el Archivo Municipal de Estella-Lizarra está permitiendo comprobar la pujanza del oficio de curtidor en la Estella de comienzos del s. XIX con la existencia de al menos cinco adoberías y numerosos curtidores residiendo en el Barrio nuevo.